Fatiga, tensión muscular, insomnio y hasta palpitaciones pueden ser señales silenciosas de una deficiencia de magnesio, un mineral esencial que interviene en más de 300 procesos del organismo.
A pesar de su importancia, numerosos estudios indican que una gran parte de la población no alcanza los niveles adecuados de magnesio en su dieta diaria. Entre el 10% y el 30% de las personas en países desarrollados presentan deficiencias leves sin saberlo, lo que podría derivar en problemas crónicos si no se corrige a tiempo.
El magnesio es vital para regular funciones como la presión arterial, el control del azúcar en sangre, la contracción muscular, la salud ósea y la actividad eléctrica del corazón. También cumple un rol clave en la síntesis de proteínas y en el funcionamiento del sistema nervioso.
Desde InfoSalto.com.ar dialogamos con especialistas que remarcan que, además de una dieta equilibrada, muchas veces es necesaria la suplementación, especialmente en grupos de riesgo: personas mayores, mujeres posmenopáusicas, pacientes con enfermedades digestivas, diabéticos tipo 2 y quienes consumen ciertos medicamentos como antibióticos o diuréticos.
Los síntomas más comunes de una deficiencia incluyen: debilidad general, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, calambres, fatiga persistente y dificultad para dormir. Cuando no se trata, esta carencia puede estar asociada a enfermedades como la osteoporosis, diabetes tipo 2, migrañas, problemas cardiovasculares e incluso trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer.
¿Cómo incorporar magnesio?
Si bien frutas, legumbres, vegetales de hoja verde, nueces, lácteos y cereales integrales contienen buenas cantidades de este mineral, el procesamiento de los alimentos y la pérdida de nutrientes en los cultivos actuales han reducido significativamente su presencia.
Además, compuestos como los fitatos presentes en muchos alimentos vegetales pueden inhibir la absorción del magnesio. Por eso, especialistas recomiendan técnicas culinarias como el remojo, la activación de semillas y combinaciones correctas para mejorar su disponibilidad.
La suplementación también es una vía eficaz, especialmente si se opta por formas como el magnesio quelado, que mejora la absorción y aprovecha al máximo sus beneficios fisiológicos.
Los hombres entre 19 y 51 años deben consumir entre 400 y 420 mg diarios, mientras que las mujeres del mismo rango etario deben alcanzar entre 310 y 320 mg.
Desde la Redacción de Info Salto del Grupo de Medios Infopba.com, recomendamos consultar siempre con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplementación, y prestar atención a las señales que el cuerpo envía. El magnesio, silencioso pero fundamental, puede ser la pieza que falta para una mejor calidad de vida.