La Indignación de un Pueblo Olvidado
La promesa de una red de agua potable para Arroyo Dulce se anunció como un hito. A fines de 2022, el gobierno municipal, bajo la gestión de Ricardo Alessandro, autorizó un desembolso millonario, un adelanto del 30% del costo total de la obra. Un cartel de obra se instaló como testigo de la inversión. Pero el tiempo pasó, y lo que debía ser el inicio de una mejora fundamental se transformó en un fraude. Hoy, el cartel es un recordatorio de la obra que no fue, un símbolo del abandono que sufre la localidad. La comunidad, que sigue padeciendo la falta de un servicio básico, exige respuestas y transparencia ante una situación que ha consumido los recursos de todos sin dejar rastro de avances. La obra, y el contratista a cargo, han desaparecido misteriosamente.
La Verdad Sale a la Luz: Un Abandono Inexplicable
La realidad es cruda: no hay red de agua, y el dinero entregado tampoco aparece. El panorama es desolador, con zanjas a medio hacer que se han convertido en trampas, y los vecinos aún a la espera de un proyecto vital que debía haber mejorado su calidad de vida. Los habitantes de Arroyo Dulce han vivido en carne propia la desilusión de un proyecto que se anunció con gran fanfarria pero que, en los hechos, solo dejó un vacío financiero y una infraestructura en ruinas. La ausencia de respuestas por parte del gobierno municipal alimenta las sospechas de una gestión negligente que se ha caracterizado por la falta de control y por no garantizar que las obras se cumplan. No es la primera vez que la administración de Alessandro es cuestionada por la gestión de los fondos públicos.
Daniel Arimay: "Auditar Cada Peso y Recuperar la Confianza"
Ante este escándalo, el concejal Daniel Arimay, referente de la lista "Hechos", se ha posicionado firmemente para exigir explicaciones. En un claro llamado a la acción, Arimay ha manifestado que es fundamental auditar cada peso de la inversión para esclarecer el destino de los fondos y determinar las responsabilidades. El concejal sostiene que el manejo discrecional de los recursos debe terminar, y que los proyectos de infraestructura deben ser transparentes y rendir cuentas a la ciudadanía. Desde su espacio, buscan impulsar un control ciudadano que garantice que las promesas no queden en el olvido. "Queremos ir al Concejo para auditar cada peso y que los proyectos se cumplan como corresponde", declaró Arimay. Este 7 de septiembre, los vecinos de Salto tendrán la oportunidad de elegir la transparencia y el control para que los recursos de la comunidad se gestionen con la seriedad que merecen. Es un voto por el cambio y por el compromiso de que las obras prometidas se conviertan en una realidad.
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