Alerta fitosanitaria en el corazón citrícola: confirman presencia de plaga letal en San Pedro y Baradero html Copiar Editar

Confirmado por el SENASA, la aparición de la Chicharrita de los Cítricos encendió las alarmas en dos de las zonas más importantes para la producción frutícola de Buenos Aires. El insecto transmite una enfermedad incurable que amenaza con diezmar plantaciones enteras.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) declaró el estado de alerta fitosanitaria hasta el 31 de julio de 2026 en San Pedro y Baradero tras detectar ejemplares de Diaphorina citri, comúnmente conocida como la Chicharrita de los Cítricos. Se trata del vector del Huanglongbing (HLB), una enfermedad sin cura que ya ha generado pérdidas millonarias en países con fuerte tradición citrícola.

La detección se realizó en una planta de traspatio en San Pedro, epicentro regional de la actividad con más de 1.400 hectáreas de cítricos y 17 empaques de fruta. La confirmación generó preocupación inmediata en productores y autoridades locales, que ahora están obligados a implementar medidas de prevención, monitoreo y denuncia obligatoria.

No obstante, el mismo día en que se emitió la alerta —mediante la Resolución 593/25— el SENASA también publicó la Resolución 592/25, flexibilizando controles en otras zonas de la provincia y del país. La nueva normativa elimina la exigencia de utilizar mallas anti-insectos en viveros de 7 provincias y más de 70 municipios bonaerenses.

Entre los distritos exceptuados se encuentran General Arenales, Junín y Chivilcoy, todos ellos ubicados a poco más de 100 kilómetros del epicentro del brote. Aunque el organismo argumenta que estas áreas “no presentan condiciones que favorezcan el establecimiento del vector”, expertos advierten sobre el riesgo de dispersión por la cercanía geográfica y las rutas de comercialización.

Productores, cámaras agrarias y técnicos del sector piden mayor coherencia en las decisiones sanitarias, y reclaman que las flexibilizaciones no terminen debilitando la contención de una amenaza que, de expandirse, podría dejar a la región sin producción citrícola.